
El material de limpieza es una potencial fuente de contaminación, sino se hace un mantenimiento adecuado. Una de las muchas posibles soluciones, es la de utilizar útiles de limpieza de un solo uso, pero es una alternativa para casos esporádicos. Mantener limpio el material de limpieza, no sólo significa libre de polvo, implica tener herramientas y áreas de trabajo ordenadas, limpias, desinfectadas y en perfecto estado.
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Limpieza y desinfección del material de limpieza
- Al finalizar la jornada de limpieza. Es indispensable dejar el material limpio y desinfectado, así como el área limpia y en buen estado; para la próxima jornada.
- Para la limpieza y desinfección de cubos, escobas, cepillos o recogedores, entre otros útiles de limpieza, debe destinarse un espacioadecuado para este fin y que no ponga en riesgo la actividad profesional.
- Limpiaremos el material con una mezcla de agua y detergente, cuyo carácter será determinado en función del tipo de residuo que se haya eliminado.
- Por ejemplo, si hemos recogido grasas, el detergente a utilizar para la limpieza del material deberá ser de carácter alcalino.
- Los entornos que presenten un mayor riesgo de contaminación cruzada deberán proceder también a la desinfección en base a amonios cuaternarios del material de limpieza.
- Las bayetas y mopas de microfibra las podemos lavar en la lavadora, utilizando un detergente suave y adecuado para la microfibra o un detergente con oxígeno activo, para que realice la acción de desinfección. Eso sí, a una temperatura no superior a 40ºC, nada de suavizantes y tampoco lejía.
La importancia del secado después de la limpieza
En muchas ocasiones, subestimamos la importancia del secado de superficies y materiales después de limpiar.
En el caso del material de limpieza, esta acción es especialmente relevante, ya que ayuda a reducir el riesgo de proliferación de gérmenes en los propios útiles. Recordemos que estos microorganismos se alimentan a través de la humedad o acumulaciones de agua sobre las superficies, materiales y utensilios textiles.
Las bacterias se multiplican por división binaria, de tal forma que en condiciones adecuadas de humedad y temperatura. Una bacteria se puede multiplicar en dos cada periodo de 20 a 40 minutos.
Para garantizar el correcto secado del material de limpieza, los colgaremos en un lugar que se aireen, en el caso de escobas, cepillos, recogedores, etc.
Por lo que respecta a las bayetas, las tendremos bien estiradas y las dejaremos secar al aire libre.
Código de colores en limpieza
Los colores pueden ser azules, rojos, amarillos y verdes. De esta manera, se obtiene un sistema de limpieza en el que cada color es exclusivo de una zona de limpieza y de una tarea en concreto.
- Azul, el material con este tono serán destinado a la limpieza de muebles, cristales y bandejas entre otros.
- Rojo, este color es el más peligroso en cuanto a carga de bacterias. Por este motivo, se destina el color rojo a la limpieza de suelos, baños y servicios.
- Amarillo, con este color se asocia la limpieza de los utensilios de cocina.
- Verde, este color se asocia con la limpieza de superficies y útiles que están directamente en contacto en la preparación de alimentos.
La codificación de material y textiles por colores ayuda a minimizar riesgos
- La codificación por colores de los útiles durante la limpieza ofrece muchas ventajas.
- Cuando procedemos a higienizar el material de limpieza, el código de colores cobra especial importancia.
- Nuestra recomendación es elegir siempre el color del material de limpieza teniendo en cuenta el tipo de residuo a eliminar.
- De esta forma, elegiremos el color lo más diferente posible a dicho residuo. Así, podremos detectar restos a simple vista y combatiremos con mayor facilidad la contaminación cruzada.
Ramon Ber